Hoy se juzga al juez Garzón, digo Juez, porque lo es hasta que haya sentencia, no como los que apoyan al individuo que se ha creído superior a todo el mundo y que nada ni nadie le puede tocar, ha tapado el Gal. cuando ha querido, ha tapado el faisán cuando le intereso, y así siempre, almacenaba cosas en sus cajones, pero hoy por FIN, después de haber querido y tratado por mil astucias, evitar este juicio, al fin, hoy le sentamos en el banquillo de los acusados como un criminal, que es lo que es, en fin, según noticias,
medio centenar de personas locas y antisistema, antidemócratas, que le han gritado mensajes de apoyo mientras se referían a uno de los acusadores particulares, el abogado y ex fiscal Ignacio Peláez, como "fascista", "nazi" y "traidor". También podía escucharse "fuera fascistas del Tribunal Supremo".
Los que son expertos en el robo, la corrupción y la droga, los que creen que el estado es su cortijo particular, los expertos de los eres andaluces, los trasnochados y caducos izquierdistas son los que apoyan al nefasto juez, los izquierdistas que creen dueños de la verdad, no son mas que residuos de política o ideología del siglo XVIII y aun no se dieron cuenta que estamos el siglo XXI.
El hasta hoy juez, esta acusado de un delito de PREVARICACIÓN y CONTRA LAS GARANTÍAS CONSTITUCIONALES por haber autorizado escuchas a los principales implicados en el caso Gürtel con sus abogados en la cárcel.
Ahora, a este individuo, hay que aplicarle la ley, sobre todo aquello, de que todos somos iguales ante la ley, y no unos mas y otros menos, este criminal debería sentarse en el banquillo como lo que es, un fraude, y no debería tener estos privilegios que le estan dando sus colegas y compañeros, al final, ¿Cómo sé yo que le van a aplicar la ley, o como son del mismo oficio, le perdonan el caso aunque haya matado a cientos de inocentes?... ahora se va a ver la verdadera justicia de España, porque hasta ayer, estaba secuestrada y al servicio del gobierno corrupto e inútil del maldito zp que espero no volver a verle ni oirle ni saber nada de su maldita vida.
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