miércoles, 6 de agosto de 2014

SER JOVEN
La juventud no es un período de la vida, es un estado de espíritu, un efecto de la  voluntad, una cualidad de la imaginación, una intensidad emotiva, una victoria del coraje sobre la timidez, del gusto por la aventura sobre el amor a la comodidad.
Uno no se hace viejo por haber cumplido un cierto número de años, uno se hace viejo cuando ha abandonado sus ideales. Los años arrugan la piel, renunciar al propio ideal arruga el alma. Las preocupaciones, las dudas, los temores y la desesperación son los enemigos que, lentamente, nos hacen inclinarnos hacia la tierra y convertirnos en polvo antes de morir.
Joven es aquel que se asombra y maravilla. Es aquel que pregunta, como el niño insaciable, “y ahora... ¿qué?” Es aquel que desafía a las circunstancias y encuentra la alegría en el juego de la vida.
Tú eres tan joven como tu fe. Tan viejo como tus dudas. Tan viejo como tu confianza en ti mismo. Tan joven como tu esperanza. Tan viejo como tu abatimiento.
Permanecerás joven mientras seas receptivo. Receptivo a lo que es bello, bueno y grande. Receptivo a los mensajes de la naturaleza, del hombre y del infinito.
Si un día, tu corazón es mordido por el pesimismo y roído por el cinismo, que
Dios se apiade de tu alma de anciano.

General Mac Arthur, 1945

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